La animación es mi pasión. He sido animadora intermitentemente desde que tenía nueve años. Me encanta hacer acrobacias, aprender rutinas complejas y la credibilidad de la escuela secundaria que conlleva ser animadora
Por eso, cuando me fracturé el pie el mes pasado mientras hacía una acrobacia, quedarme fuera de la cancha me dolió tanto. Y lo que es peor, veo a mis amigos en los entrenamientos haciendo las cosas que me encantan. Pero esta lesión me abrió los ojos y me hizo ver que la animación es un deporte peligroso
El cheerleading ha recorrido un largo camino desde sus inicios como una actividad secundaria destinada a animar a las multitudes en los eventos deportivos. Hoy en día se ha transformado en un deporte competitivo por sí mismo. Combina acrobacias, bailes y saltos en rutinas de alta energía. Si bien son emocionantes de ver, pueden provocar lesiones catastróficas. Las lesiones de cheerleading son alarmantemente comunes. Un estudio del NCCSI (Centro Nacional para Lesiones Catastróficas en el Deporte) descubrió que el cheerleading representa un porcentaje significativo de lesiones graves en los deportes de la escuela secundaria o la universidad. Existe un riesgo elevado de lesiones graves asociadas con el deporte, en particular debido a las complejas acrobacias, lanzamientos y rutinas de volteretas que pueden provocar lesiones en la cabeza y la columna vertebral, fracturas de huesos y daños graves en los ligamentos
A pesar de las lesiones, el cheerleading llegó para quedarse. Según statista.com, “el número de estadounidenses de seis años o más que participaron en el cheerleading ascendió a aproximadamente 3,8 millones en 2023”
El cheerleading es un deporte vigoroso, pero también genera confianza y un vínculo único entre los compañeros de equipo. Proporciona muchos beneficios, como la fortaleza física y mental. Es importante reconocer los graves riesgos asociados con el cheerleading, pero los compañeros de equipo y los entrenadores pueden trabajar juntos para reducir la tasa de lesiones y garantizar la seguridad de todos los cheerleaders. Entonces, ¿cuáles son exactamente algunas formas de hacer que el cheerleading sea más seguro
Es importante acondicionarse y estirarse siempre antes y después de la práctica para mantener los músculos flexibles y reducir las lesiones. Cuando era animadora, en cada práctica nuestro entrenador nos hacía correr tres vueltas alrededor de la pista, hacer ejercicios en pareja y estirarnos. Las animadoras deben tener una gran fuerza física para levantar a las chicas y una gran fuerza central para poder mantener el equilibrio. Un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research descubrió que las animadoras universitarias exhibían niveles similares, o incluso superiores, de fuerza física en comparación con los atletas de otros deportes. En concreto, las animadoras tenían una fuerza central significativamente mayor. Esto destaca la importancia de la fuerza física y central para que las animadoras realicen acrobacias como levantar y equilibrar a otras
Confiar en los compañeros de equipo. La unión del equipo es importante para conocer a los compañeros y generar confianza. Si los compañeros se sienten cómodos entre sí, podrán apoyarse mutuamente dentro y fuera del tatami. Es importante desarrollar amistades dentro de un equipo, de esa manera las cosas se sentirán menos tensas al realizar o practicar acrobacias estresantes
Equipo adecuado y protocolos de seguridad. Tener varias colchonetas en el suelo con acolchado adicional en lugar de practicar en un suelo duro. Cuando un equipo está experimentando con nuevas acrobacias, es muy importante contar con observadores. Los observadores son atletas o compañeros de equipo adicionales cuya principal responsabilidad es observar la acrobacia y ayudar al volador en caso de una caída o accidente. Su objetivo principal es proteger la cabeza y el cuello del volador de lesiones
En general, la animación ha ayudado a muchas chicas como yo a salir de su “caparazón” y a tener más confianza en el campo/tapetate. No veo la hora de volver a subirme al tatami para poder animar, saltar y hacer acrobacias de nuevo. He aprendido que la animación no solo requiere fuerza física, sino también responsabilidad y el cuidado adecuado del propio cuerpo. Juntas, las animadoras podemos cuidarnos unas a otras, de esa manera, todas podemos experimentar lo mejor de la animación